Gran Torino

Son muy pocas las películas que me han causado la misma sensación que esta. Un par de ejemplos que se me ocurren ahora son Cadena Perpetua o Sin Perdón, ya que en ambas se nos presenta un personaje al que enseguida clasificamos de cierta forma, pero del que poco a poco, a medida que transcurre la historia, descubrimos nuevas facetas. Ambas historias se desarrollan hasta llegar a un climax inesperado, en el que se añade la última pieza, con la que todo encaja, y hace que la persona brille de repente como alguien extraordinario, de quien no te olvidarás fácilmente.

El protagonista en este caso es Walt Kowalski, todo un veterano de la guerra de Corea; un hombre respetado, casado y con dos hijos. La historia comienza con el entierro de su mujer, en el que descubrimos que, tras esa fachada de respetabilidad, Walt alberga sentimientos de odio nada respetables. Desprecia la actitud de sus hijos, que sólo mantienen el trato con él por el interés, y también odia todo lo que suponga un cambio respecto a una época anterior, representada quizás por ese coche modelo Gran Torino, del 72, que cuida con esmero. Tampoco soporta las pintas ni la actitud irrespetuosa con los mayores que tienen sus nietos, ni los cambios que han ocurrido en su vecindario, en el que poco a poco sus antiguos vecinos han ido mudandose y siendo sustituidos por inmigrantes.

En la casa de al lado vive una familia de la etnia Hmong, a los que él ve como los mismos asiáticos contra los que luchó en la guerra. No entiende sus costumbres y no es capaz de expresar más que desprecio hacia ellos, hasta que un día, el chico que vive allí intenta robarle su Gran Torino. Como dice su hermana: a las chicas Hmong les resulta más fácil integrarse. Ellas van a la universidad, mientras que los chicos van a la cárcel. Las bandas callejeras recorren el barrio y la alternativa para un chico es unirse a una, o sufrir su violencia. En este caso,Tao, el vecino de Walt, se ve salvado de las bandas gracias a que su rito de iniciación fue interrumpido por Walt.

Tras esa interrupción y la expulsión de  la banda a punta de rifle, Walt se ve obligado a acoger a Tao para que trabaje con él como castigo. Reticente al principio, Walt va poco a poco viendo que más allá de la raza hay personas.  Descubre que Tao es un chico noble, pero perdido sin una figura paterna que le ayude a evitar la violencia que les rodea. También  que su hermana es una chica inteligente y amable; y su familia mantiene unas tradiciones que él no comparte, pero que es capaz de empezar a respetar.

Walt se descubre a sí mismo ejerciendo  el papel del padre que Tao no tiene. Le enseña a trabajar y le muestra el camino para llegar a respetarse a sí mismo algún día, pero todo eso está a punto de irse al traste cuando la banda callejera vuelve a actuar.

Es a partir de aquí cuando el personaje de Walt adquiere dimensiones gigantescas. Parece que para acabar con la violencia de la banda la única solución posible es que Walt dé rienda suelta a su odio y acabe con ellos, y él no tendría reparos en hacerlo, pero pero los errores cometidos en la guerra le persiguen y además… ¿qué aprendería Tao con eso?

Finalmente, con la misma determinación con la que William Munny entró en el Saloon para enfrentarse al sheriff y vengar a su amigo en Sin Perdón, Walt se enfrenta a sus enemigos; y… no puedo decir cómo lo hace, pero sí puedo decir que la lección que ofrece es memorable.

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12 respuestas a Gran Torino

  1. Lonicera etrusca dijo:

    Gran película (le dí un 9)

  2. Plutarco dijo:

    Yo tampoco pude evitar acordarme de Sin Perdón. La verdad es que empecé a ver las películas de Eastwood tarde; la progresía de mi generación le asociaba al poli fascista de Harry el Sucio y bla, bla, bla… Con el transcurso de los años, le he ido integrando en mis cineastas favoritos. Podría decirse que el personaje de Kowalski suena a testamento de su cine, en el que sus personajes iniciales se funden con otros de más sensibilidad, como el que interpretó en los Puentes de Madison o el propio Munny de Sin Perdón.

  3. Emilio dijo:

    No he visto todavía Gran Torino pero he de agradecerte que desde que leo tus críticas, voy muchísimo más al cine.

  4. Manu dijo:

    Vaya, pues me alegro mucho de que estas reseñas sean de ayuda. Como explico en el «Acerca de», intento que me sirvan principalmente a mí, como ayuda para mi memoria de pez y ejercicio de redacción. Pero si las cuelgo en un blog público también es con la esperanza de que puedan ser útiles a quien pase por aquí.

    En cuanto a esta película, te recomiendo especialmente que la veas porque, además de ser muy buena, es una muestra de la importancia que puede llegar a tener para un chico una figura paterna, sobre todo en entornos conflictivos o marginales. Glenn Sacks, por ejemplo, insiste constantemente en este tema.

  5. Plutarco dijo:

    Así es, Manu, sigo a Glenn Sacks en su página web, y su caracterización de la figura paterna coincide con la de Barack Obama, a pesar de estar tan alejados ideologicamente. Aunque para mi, Barack Obama no sea ese santón progre que retrata El País. Creo que le define, fundamentalmente, su pragmatismo. La película de Eastwood sería de visión obligatoria en un curriculum sensato de Educación para la Ciudadanía.

  6. Manu dijo:

    Sí, Obama recordó en algún discurso la importancia de que los padres se involucren en la educación de sus hijos y Sacks no hace más que insistir en eso mismo. Sin embargo, Obama se dirige a los padres culpandolos (él mismo sufrió el abandono de su padre) e ignorando otras circunstancias como el efecto del demencial sistema de juzgados de familia que hay en los EEUU, que muchas veces es el que provoca que miles de padres a los que les gustaría ayudar a sus hijos, no puedan.

    Aquí hay un post en el que se resume la opinión de Sacks.

  7. Plutarco dijo:

    El sistema demencial de juzgados de familia de EEUU ha sido imitado y superado en España por los juzgados de violencia doméstica. Sobre Obama, lo que he leído de él en sus propias palabras es que ha tratado de ser la figura paterna que el nunca tuvo con sus hijas y sus planes relativos a la educación ponen énfasis en que los padres y madres se involucren en la educación de sus hijos. Además, apoya la educación diferenciada, que fundamentalmente corrige el retraso de los alumnos masculinos. En cualquier caso, incluso él es prisionero de la corrección política, y el hecho, porque es humano, de efectivamente haberse sentido traicionado por su figura paterna… pero no olvidemos que las estadísticas de maltrato familiar hacia los hijos, independientemente del país en el que se realice el estudio, señalan a la madre como el principal perpetrador.

  8. Manu dijo:

    Y tan prisionero, no se si sabías lo de la creación del consejo de la Casa Blanca para Mujeres y Niñas A ver cuánto tardan en copiarlo aquí…

  9. Plutarco dijo:

    Conocía el tema… es heredero directo de las políticas de Clinton de los 90…y no, no tardará en copiarse nada en España (en cuanto se lo traduzcan a Bibiana Aído). A pesar de ser la cuna del liberalismo ilustrado, al mismo tiempo de EEUU surgen, periódicamente, y fundamentalmente desde los años 60, todo tipo iniciativas que se apartan de la democracia jeffersoniana de mínima intromisión estatal en la vida de las personas. Pero de allí también podemos emular el contra debate positivo de Sacks o Farrel. Es cierto que iniciativas como esta sitúan a Obama en la misma línea que Bush o Clinton con relación a las políticas de género (de igual manera que en España ZP ha profundizado lo ya iniciado por el PP en este terreno).

  10. Emilio dijo:

    Creo que la frase de la protagonista femenina: «Las chicas tienen más fácil el integrarse, las chicas van a la Uni y los chicos a la cárcel» es reflejo de una realidad que merecería la pena indagar más.

  11. Plutarco dijo:

    Emilio, cuando escuché esa frase en la peli, recordé las estadísticas de mayor fracaso en secundaria de los chicos (en Andalucía llega al 40%) y sobre las que no se inquieta en absoluto el Ministerio de Igualdad. El fenómeno está explicado en detalle en un libro escrito hace años en EEUU, The war against boys, y del que el enlace adjunto ofrece un interesante resumen: http://www.theatlantic.com/doc/200005/war-against-boys. Es de Mayo del 2000 pero anticipa perfectamente lo que ya ha llegado a España. Estudios de este tipo han sido el detonante de que la enseñanza diferenciada cobre sentido incluso en los sistemas públicos anglosajones. Aquí, de momento, mencionar esa posibilidad, es, por utilizar la nueva terminología de género, «neomachista».

  12. Plutarco dijo:

    Releyendo el artículo que menciono en mi post anterior, me he encontrado el siguiente párrafo, que redunda sobre la importancia de la figura paternal que menciona Manu y Glenn Sacks trata de manera precisa en su blog. Kowalski, en Gran Torino. El párrafo:

    But are boys aggressive and violent because they are psychically separated from their mothers? Thirty years of research suggests that the absence of the male parent is more likely to be the problem. The boys who are most at risk for juvenile delinquency and violence are boys who are physically separated from their fathers. The U.S. Bureau of the Census reports that in 1960 children living with their mother but not their father numbered 5.1 million; by 1996 the number was more than 16 million. As the phenomenon of fatherlessness has increased, so has violence. As far back as 1965 Senator Daniel Patrick Moynihan called attention to the social dangers of raising boys without benefit of a paternal presence. He wrote in a 1965 study for the Labor Department, «A community that allows a large number of young men to grow up in broken families, dominated by women, never acquiring any stable relationship to male authority, never acquiring any rational expectations about the future—that community asks for and gets chaos.»

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